El valor de la pausa

"Nuestros ojos están agotados con tantas imágenes, tanta velocidad. No tenemos tiempo para procesar lo que significan". Nuestros cuerpos se expresan pero no nos escuchamos.

Para una sociedad apresurada, crear un espacio-tiempo, una pausa, nos viene bien.

pau - sar  hacer ... pausa detenerse

Crear un espacio entre las actividades rutinarias del día a día, nos permite sentir y refrescar el pensamiento:

  • ¿Qué atención, cuidados o ajustes necesitas en este momento de tu vida?

  • ¿Cómo estás?

  • ¿Qué de ti has dejado pendiente por falta de tiempo o de atención? 


Durante este taller, vamos explorando el ritmo, las velocidades de la vida cotidiana, los movimientos que solemos hacer automáticamente sin darnos cuenta.

La mecanicidad puede traernos dolor, fatiga, desconexión. 


En la pausa podemos encontrar otros modos de pensar, sentir, expresarnos; todos recursos disponibles como medicina para atravesar los momentos difíciles y para entregarnos a la alegría de vivir. 

La pausa no es pasiva. Cuando ocurre, podemos descubrir la diversidad de intensidades qué hay en nosotras, la fuerza de vida interna que existe en ti, pero que solo se descubre al detenerse. 

Los talleres ocurren en grupo, porque así podemos también nutrirnos de la energía que éste crea durante las exploraciones y dejar la huella en tu cuerpo de que no estás sola ni solo.

Día a día creamos huellas en nuestros cuerpos, en relación con las personas o lugares donde nos movemos. Este espacio es para ayudar al cuerpo a construir otras huellas para cuidarse, aprender jugando y recibir el cuidado de un grupo que se reúne con propósitos similares.

Y un modo de cuidar la vida, es explorando: ¿que és una pausa? 

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Experiencias sobre talleres de Coreografías del Cuidado